“Tenemos que cultivar nuestra vida cristiana si queremos hacer frente a la crisis”

En el marco de la celebración del Día del Trabajador el pasado viernes 1 de Mayo, día de San José Obrero, Monseñor Mariano José Parra celebró la Eucarístía en la Parroquia La Inmaculada Concepción de San Félix.

Monseñor hace un llamado a los trabajadores de la Ciudad: “Tenemos que cultivar nuestra vida cristiana si queremos hacer frente a la crisis”

Este viernes primero de mayo el obispo de Ciudad Guayana Mariano José Parra ofreció una Misa en conmemoración de las fiestas de San José Obrero, y para alentar a todos los trabajadores en su día para seguir adelante, luchar por una ciudad digna para todos las Guayaneses y crear el reino de Dios aquí en la tierra.

La celebración organizada por la Pastoral Social Diocesana tuvo lugar en la parroquia Inmaculada Concepción de San Félix, donde se congregaron los diferentes creyentes pertenecientes a distintos sectores laborales del municipio.

En su homilía Monseñor Mariano citó a Juan Pablo II, en el Redemptoris custos, nn 22ss para lo que acotó con énfasis insistente: “De aquí se desprende que Dios quiere que santifiquemos el trabajo, viviendo unidos a él y en solidaridad con los hermanos ".

Monseñor hizo un llamado a todos los jóvenes para que trabajaran unidos para la construcción integra de la fe como derecho de todos, exhortó a la población obrera en general que luchen por el sustento del día a día sin dejar de lado la gracia de Dios.

Además pidió a todos en la Iglesia que hicieran más estrechos sus lasos y lanzarse al trabajo pastoral, para levantar el juicio católico y hacer una vida llena de oración, sacramentos, y la formación militante para tener un análisis de la realidad actual coherente con los principios.

El Obispo de Ciudad Guayana, culmina diciendo: “tenemos que cultivar nuestra vida cristiana si queremos hacer frente a la crisis que en el mundo del trabajo se vive, no solo aquí sino también en el mundo entero sin aceptar falsas soluciones que ya se han visto fracasadas en la historia”.

La Iglesia que, como dice el Vat.II se identifica con “los gozos y la esperanza, la tristeza y angustia de los hombres de la época actual, sobre todo de los pobres y afligidos de toda clase”, en 1955 instauró la fiestas de San José Obrero y cristianizo la fiesta del trabajador creada por la Internacional socialista en 1889. De esta manera se nos presenta a San José Obrero como modelo a seguir de todos los trabajadores del mundo.

Eleduard Marcano