miércoles, 14 de enero de 2009

Padre Santiago, 55 años de Servicio

Foto: Pastoral MCS. Bodas de Oro de Padre Santiago Ollaquindia, cuando recibió el nombramiento como Monseñor por parte de SS Juan Pablo II.

Nace en España, el 25 julio de 1921, bajo el seno de una familia de clase media, donde la fe cristiana cumplía un papel prioritario. De allí comenzó su actividad, haciéndose monaguillo y, posteriormente contribuyendo a las acciones de la Congregación Mariana y de la Compañía de Jesús.

A los 17 años entra a la Compañía de Jesús. Allí comienza su formación que años después se terminará como sacerdote. Este año también decide venir a Venezuela para contribuir con la formación de muchachos que ingresarían al recién creado noviciado.

En 1938 parte a estudiar a Colombia en la Universidad Javeriana Letras y literatura que es parte de su formación como Jesuita.

Al finalizar sus estudios superiores inicia actividades como profesor en colegio internado San José de Mérida, donde dictaba clases de Biología, Francés, Historia y Castellano. A su cargo estaban casi 300 jóvenes.

Ya había tomado la nacionalidad venezolana del país que lo había acogido en esta fase de formación,

En el 1947 de vuelta a España permanecen en el país por cuatro años.

En 1954 se ordena como sacerdote en la Capilla de Loyola en España, en este vuelve a Venezuela fue enviado al Colegio Gonzaga en Maracaibo, Estado Zulia.

En 1956 vuelve al colegio San José en Merida.

En 1966 lo destinan al colegio Loyola y posteriormente Gumilla, (que dieron origen al colegio Loyola-Gumilla).

En 1975 comenzó a dictar clases en la Universidad Nacional Experimental Politécnica (Unexpo), Dictaba la materia estudio y compresión del hombre.

Intervino en la creación de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, (UNEG) llegando a ocupar el cargo de Vicerrector Académico.

Participo en el Cine Foro que funciono en el Loyola junto a la Señora Luisa Genolet, Héctor Núñez entre otros.

Cuando tomo la decisión de pasar a ser sacerdote diocesano fue nombrado párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Coromoto y posteriormente ayuda el nacimiento, siendo su padre rector Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe por 6 años.

Siempre demostró una gran preparación en todas las actividades que realizaba cuando se le preguntan a los estudiantes del Colegio Loyola a los cuales les hizo clases esto siempre guardan buenos recuerdos de su profesor.

También las personas que lo tuvimos como párroco agradecemos la buena formación que nos dió y recordamos grandes enseñanzas que nos daba cuando se podía reunir con nosotros.

Mario Cáceres López
Fallece el padre Santiago Ollaquindia
Clavel A. Rangel Jiménez
El padre Santiago Ollaquindia, sj, seguramente debe estar diciendo desde el cielo: "misión cumplida". "Deseo terminar mi vida de tal manera que alcance el objetivo final de todo sacerdote, que es morir dentro de mi fe y alcanzar la vida eterna", fueron sus palabras en la celebración de sus 50 años dedicados al sacerdocio en el 2004.

Este martes falleció a sus 87 años el conocido sacerdote jesuita. Su trabajo en la tierra ha de ser recordado por todos los feligreses que lo acompañaron durante toda su trayectoria; camino que incluyó los ámbitos eclesiales, educativos y de un intenso trabajo social.

En sus últimos años de vida se desempeñó como párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Coromoto, en el sector de Los Olivos en Puerto Ordaz, donde dirigió con empeño desde 1984 las actividades eclesiásticas.

Ollaquindia nació en la provincia de Tarragona-Cataluña pero creció con sus padres en Pamplona, capital de Navarra en España. Sus allegados cuentan que el padre provino de una familia muy religiosa en que los valores cristianos eran la pieza fundamental del núcleo familiar.
Entró a la Compañía de Jesús como novicio en 1937, en sus propias palabras porque sintió la vocación, "sentí la necesidad de entrar y me admitieron".

Fue en 1939 cuando llegó a Venezuela para fundar el noviciado en el país. Estudió letras y filosofía en la Universidad Católica Pontificia Javeriana de Bogotá, en 1941. Ollaquindia es recordado en Ciudad Guayana porque fue uno de los fundadores del Colegio Loyola Gumilla en 1966 y allí impartió las cátedras de castellano, literatura e historia del arte y filosofía.

Presidió el Rotary Club de Puerto Ordaz, y dictó la cátedra de Estudio y Comprensión del Hombre, además del cargo de subdirector administrativo en la Unexpo.

En 1999 fue nombrado Vicario General de la Diócesis por monseñor Ubaldo Ramón Santana y posteriormente nombrado Vicario General de la Diócesis, honores que recibe de la mano del obispo de aquel entonces, monseñor Mariano Parra Sandoval.

Tenacidad a toda costa Durante los últimos años de su vida el padre Ollaquindia sufrió de una enfermedad que, a pesar de los obstáculos, llevó con bien. Sólo con la fortaleza que puede dar Dios el sacerdote ofreció sus servicios en la parroquia Nuestra Señora de Coromoto a pesar de estar bastante afectado por la enfermedad.

No hay quien no pueda reconocer el trabajo de este pescador de hombres que dedicó parte de su vida a ver crecer a Ciudad Guayana desde su fundación, colaborando en todos los sentidos para la prosperidad espiritual y social de todos los guayaneses.

Hoy la Compañía de Jesús, la Diócesis de Ciudad Guayana y toda la feligresía le rinde honores. Su muerte es sólo la conclusión de una etapa y el comienzo de otra al lado del Todopoderoso. Desde el cielo sus más allegados saben que siempre estará velando por el bienestar de nuestra tierra.

Sus restos serán velados el día de hoy en la parroquia Nuestra Señora de Coromoto y posteriormente se le dará cristiana sepultura este jueves 15.
Murió Santiago Ollaquindia Aguirre, párroco de Los Olivos
Escrito por Redacción
martes, 13 de enero de 2009

Falleció ayer en esta ciudad el cura párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto, en Los Olivos, a los 87 años de edad, monseñor Santiago Ollaquindia Aguirre, anunció ayer la Diócesis de Ciudad Guayana.

Su cuerpo está en capilla ardiente en la iglesia, hasta el jueves, cuando será sepultado. Ese día, a las 2 de la tarde, se oficiará una misa presidida por monseñor Mariano Parra Sandoval, obispo de Ciudad Guayana, y desde allí partirá el cortejo fúnebre hasta el Cementerio Jardines del Orinoco.

La muerte de este discípulo de Cristo se produjo a las 12:35 de la tarde, en su residencia de Villa Latina, en compañía de personas de la comunidad y amigos de la iglesia.

Vivió para el prójimo
Monseñor Santiago Ollaquindia nació en Navarra, España, el 25 de julio de 1921, en el seno de una familia de clase media, donde la fe cristiana cumplía un papel prioritario, ejemplo que lo motivó a participar más activamente en las actividades laicales, haciéndose monaguillo y posteriormente contribuyendo a las acciones de la Congregación Mariana y de la Compañía de Jesús.

A los 17 años decidió entregar su vida por entero al Señor y entró a la Compañía de Jesús para iniciar lo que sería un largo camino de preparación, un sendero que lo llevaría a convertirse en sacerdote varios años después.

En 1937, tras 13 días de viaje, llegó a Venezuela, en el puerto de La Guaira. “Cuando llegué a Venezuela -relata- la gente era muy respetuosa y receptiva con los sacerdotes. Se acercaban y te pedían la bendición. Los que no estaban acostumbrados a eso no sabían ni cómo responder, porque para nosotros requería que la gente estuviese en la iglesia y arrodillada. Los compañeros venezolanos nos advirtieron cómo eran las cosas aquí y nos dijeron que si alguien nos pedía la bendición, debíamos decir: 。Dios te bendiga!, y con eso bastaba”.

En julio de 1954 se ordenó como sacerdote en la capilla de Loyola en España. Su madre y hermanos lo acompañaron durante la celebración en la que recibió sus votos perpetuos junto a otros 20 jóvenes, quienes se habían preparado durante años para esa gran ocasión en la que recibirían la gracia para ser portadores de la buena nueva y transformar el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.

Bienvenido a Guayana
En noviembre de 1966, llegó a Guayana. “Me destinaron al Colegio Loyola en Puerto Ordaz. Apenas tenía un año de fundado en aquel entonces, sólo daban clases hasta tercer grado y cada año se sumaba un grado más. Tiempo después el Instituto Gumilla (bachillerato mixto) y el Colegio Loyola (primaria, sólo varones) se unieron para conformar la institución que hoy conocemos. En dicha casa de estudios el padre Ollaquindia impartía Castellano y Filosofía a los alumnos de séptimo grado. Con el tiempo, pasó a ser director de estudio y prefecto de disciplina, por su temple y carácter.

En 1975 comenzó a dictar clases en la Unexpo, una materia denominada Estudio y Comprensión del Hombre, la cual no estaba incluida en el pénsum de Ingeniería. Sin embargo, la Unesco había promovido su inclusión, para que los alumnos no salieran como tecnólogos puros, sino que también se formaran en su parte humana.

Tras varias décadas de labor continua junto a la Compañía de Jesús, el padre Ollaquindia decide dejar dicha congregación, mas no su hábito. Así se convirtió en sacerdote diocesano y le fue concedida la encomienda de guiar la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, donde continuó su labor hasta su muerte.

50 años de sacerdocio
¿Cuál es su sueño y deseo ahora que está cumpliendo cincuenta años en el sacerdocio?
-Sueños, ninguno, y deseo terminar mi vida de tal manera que alcance el objetivo final de todo sacerdote, que es morir dentro de mi fe y alcanzar la vida eterna...

Una vida útil
“Su personalidad está adornada por una gran calidad humana, intelectual y espiritual. Persona de un carácter recio y emprendedor, un intelectual de recia talla, fundador e impulsor de universidades, docente de excelente calidad, sacerdote de una espiritualidad ignaciana sólida, gran pastor, sabio consejero y abnegado colaborador de mi antecesor y de mi ministerio episcopal. Todas estas cualidades el padre Ollaquindia las puso al servicio de sus hermanos, de su iglesia a quien tanto ama y de Ciudad Guayana, a la que vio nacer”, expresó monseñor Mariano José Parra Sandoval, obispo de Ciudad Guayana.

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