miércoles, 8 de octubre de 2008

No cesan súplicas por Vicky y Andrés

CORREO DEL CARONÍ

Viviana N. Fuenmayor

Los creyentes elevaron plegarias y cantos por el cese de la violencia en el mundo, el sano regreso de María Victoria Abelli y Andrés Alejandro Croce y el descanso eterno de Giovanni Caputto, fallecido el 28 del pasado mes.

Guiados por el párroco Carlos Daniel Mejías, decenas de guayaneses pronunciaron las oraciones por la paz entre las familias afectadas en una congregación que se prolongó hasta pasadas las 8:30 de la noche y que culminó con un rezo alrededor de un gran rosario fabricado con candelabros por la Legión Virgen María.

“Oramos por la vida y la pronta recuperación de los secuestrados, por la paz en el país y porque Dios ilumine a los gobernantes para que se motiven a dar respuestas a estas familias que viven en zozobra y al pueblo venezolano en general”, expresó Reilina Velásquez, de la comisión de publicidad de la legión, mientras se celebraba la misa.

Durante la ceremonia eucarística, el padre Mejías dirigió las súplicas a la esperanza de un mundo lleno de hombres de buena voluntad y con corazones nobles.

“Te pedimos Señor por la pronta liberación de Vicky, de Andrés y de todos los secuestrados de Venezuela y el mundo. Seremos solidarios como parroquianos y en representación de la Diócesis de Ciudad Guayana con las familias de nuestros hermanos privados de su libertad y con la familia de Giovanni Caputto que ya partió a la casa del Señor”, declaró.

Unión de fe y esperanzas Familiares y amigos de Vicky y Andrés no faltaron a la cita. Los rostros con lágrimas que expresaban intranquilidad y desconsuelo ante la incertidumbre del paradero de sus seres queridos, no fueron obstáculo para que Nuri Morillo (madre de Vicky) extendiera nuevamente su agradecimiento a quienes de cualquier manera han estado presentes en este difícil momento.

“Gracias por no desampararnos y estar siempre con nosotros”, fueron las pocas palabras que fluyeron de la desesperada progenitora de la dama que ya tiene más de 20 días en manos de sus captores.

De esta manera, los guayaneses se tomaron de las manos una vez más con la esperanza de que lo difícil para el hombre lo subsane la fuerza divina.

No hay comentarios:

IGLESIA HOY - MAYO 2009

NOVEDADES DE H2O NEWS