¡SI A LA PAZ!
1.- Ante el clima de tensión e incertidumbre que se está viviendo en nuestro país a raíz de la compleja crisis que se ha originado entre los gobiernos de las hermanas Repúblicas de Colombia y de Ecuador, y entre el gobierno colombiano y el de Venezuela, la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana se siente en el deber de manifestar lo siguiente:
2.- Como legítimos Pastores de la Iglesia en Venezuela, en cumplimiento de nuestra sagrada misión evangelizadora y pastoral, que conlleva inseparablemente la promoción de la verdadera paz (cf. Mt 5,9), y en comunión de fe, esperanza y fraternidad con nuestros hermanos los Obispos de Venezuela y los de Colombia y de Ecuador, lamentamos profundamente la situación que se ha creado entre los gobiernos de nuestras Repúblicas hermanas.
3.- Más allá de las causas inmediatas que han desencadenado la presente crisis entre los tres gobiernos, nos preocupa que la agudización de tal situación pueda llegar a lesionar el clima de tradicional convivencia pacífica y provocar un conflicto bélico entre pueblos hermanos, los cuales, por su historia y por los profundos vínculos espirituales y culturales que comparten, están llamados, más bien, a una progresiva y enriquecedora integración de esfuerzos para el logro de un futuro más justo y digno para todos.
4.- Nada positivo y duradero se construye con la violencia, el odio y la guerra. Ni dentro de nuestro país ni frente a los pueblos vecinos y hermanos. La búsqueda de la paz es un deber fundamental para todo gobierno responsable y, al mismo tiempo, una necesidad ineludible para la vida y el desarrollo integral de nuestros pueblos. En este sentido, exhortamos al gobierno nacional a cumplir decidida y responsablemente su obligación constitucional de preservar la paz interna y externa de Venezuela, así como de proteger nuestra soberanía con moderación y serenidad ante los diversos y complejos elementos de la actual crisis Por otra parte, esperamos que nuestro gobierno pueda salir airoso ante las acusaciones formuladas por el gobierno colombiano.
5.- La paz externa de las naciones se fundamenta, entre otras cosas, en el respeto recíproco de la soberanía territorial, en el cumplimiento de los acuerdos y tratados internacionales y en el funcionamiento de las instancias diplomáticas reconocidas para el diálogo y la resolución de eventuales conflictos. En este sentido, auguramos que se activen cuanto antes todos los mecanismos de negociación y de mediación reconocidos y aceptados por las tres naciones para llegar a un pronto restablecimiento de los canales diplomáticos regulares entre nuestros gobiernos. Ello hará posible un diálogo directo para la búsqueda y consolidación de la paz, y evitar la escalada del conflicto
6.- Por otra parte, la paz interna en el país se basa en el cumplimiento de la Constitución y las leyes, y en el respeto mutuo entre las personas y entre las instituciones de nuestra sociedad. En este sentido, deploramos la reciente y vergonzosa toma de las instalaciones del Palacio Arzobispal de Caracas, por grupos que públicamente se manifestaron afectos al gobierno, ante la pasividad de las autoridades del orden público.
7.- Queremos expresar nuestra solidaridad y cercanía con el Señor Cardenal Jorge Urosa, Arzobispo de Caracas, con sus Obispos Auxiliares y con todo el clero y fieles católicos de la Arquidiócesis de Caracas, así como con Mons. Ramón Linares, Obispo de Barinas, quien también recibió recientes ataques.
8.- Elevamos nuestras fervientes oraciones a Jesucristo, Señor y Príncipe de la Paz, invocando la maternal intercesión de María Santísima de Coromoto. Invitamos a todos los católicos de nuestra Patria en este tiempo propicio de Cuaresma, a ofrecer ayunos y sacrificios, a hacerse portadores de mensajes de paz y de conciliación en sus familias, comunidades y ambientes de trabajo. Acudamos numerosos este próximo fin de semana a las Eucaristías dominicales para pedirle al Buen Pastor que aleje de nuestros pueblos el flagelo de la guerra, y despeje los senderos que conducen a la paz en Venezuela y entre todos los pueblos hermanos de nuestra querida América Latina.
Caracas,5 de marzo de 2008
Mons. Ubado Santana S.
1.- Ante el clima de tensión e incertidumbre que se está viviendo en nuestro país a raíz de la compleja crisis que se ha originado entre los gobiernos de las hermanas Repúblicas de Colombia y de Ecuador, y entre el gobierno colombiano y el de Venezuela, la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana se siente en el deber de manifestar lo siguiente:
2.- Como legítimos Pastores de la Iglesia en Venezuela, en cumplimiento de nuestra sagrada misión evangelizadora y pastoral, que conlleva inseparablemente la promoción de la verdadera paz (cf. Mt 5,9), y en comunión de fe, esperanza y fraternidad con nuestros hermanos los Obispos de Venezuela y los de Colombia y de Ecuador, lamentamos profundamente la situación que se ha creado entre los gobiernos de nuestras Repúblicas hermanas.
3.- Más allá de las causas inmediatas que han desencadenado la presente crisis entre los tres gobiernos, nos preocupa que la agudización de tal situación pueda llegar a lesionar el clima de tradicional convivencia pacífica y provocar un conflicto bélico entre pueblos hermanos, los cuales, por su historia y por los profundos vínculos espirituales y culturales que comparten, están llamados, más bien, a una progresiva y enriquecedora integración de esfuerzos para el logro de un futuro más justo y digno para todos.
4.- Nada positivo y duradero se construye con la violencia, el odio y la guerra. Ni dentro de nuestro país ni frente a los pueblos vecinos y hermanos. La búsqueda de la paz es un deber fundamental para todo gobierno responsable y, al mismo tiempo, una necesidad ineludible para la vida y el desarrollo integral de nuestros pueblos. En este sentido, exhortamos al gobierno nacional a cumplir decidida y responsablemente su obligación constitucional de preservar la paz interna y externa de Venezuela, así como de proteger nuestra soberanía con moderación y serenidad ante los diversos y complejos elementos de la actual crisis Por otra parte, esperamos que nuestro gobierno pueda salir airoso ante las acusaciones formuladas por el gobierno colombiano.
5.- La paz externa de las naciones se fundamenta, entre otras cosas, en el respeto recíproco de la soberanía territorial, en el cumplimiento de los acuerdos y tratados internacionales y en el funcionamiento de las instancias diplomáticas reconocidas para el diálogo y la resolución de eventuales conflictos. En este sentido, auguramos que se activen cuanto antes todos los mecanismos de negociación y de mediación reconocidos y aceptados por las tres naciones para llegar a un pronto restablecimiento de los canales diplomáticos regulares entre nuestros gobiernos. Ello hará posible un diálogo directo para la búsqueda y consolidación de la paz, y evitar la escalada del conflicto
6.- Por otra parte, la paz interna en el país se basa en el cumplimiento de la Constitución y las leyes, y en el respeto mutuo entre las personas y entre las instituciones de nuestra sociedad. En este sentido, deploramos la reciente y vergonzosa toma de las instalaciones del Palacio Arzobispal de Caracas, por grupos que públicamente se manifestaron afectos al gobierno, ante la pasividad de las autoridades del orden público.
7.- Queremos expresar nuestra solidaridad y cercanía con el Señor Cardenal Jorge Urosa, Arzobispo de Caracas, con sus Obispos Auxiliares y con todo el clero y fieles católicos de la Arquidiócesis de Caracas, así como con Mons. Ramón Linares, Obispo de Barinas, quien también recibió recientes ataques.
8.- Elevamos nuestras fervientes oraciones a Jesucristo, Señor y Príncipe de la Paz, invocando la maternal intercesión de María Santísima de Coromoto. Invitamos a todos los católicos de nuestra Patria en este tiempo propicio de Cuaresma, a ofrecer ayunos y sacrificios, a hacerse portadores de mensajes de paz y de conciliación en sus familias, comunidades y ambientes de trabajo. Acudamos numerosos este próximo fin de semana a las Eucaristías dominicales para pedirle al Buen Pastor que aleje de nuestros pueblos el flagelo de la guerra, y despeje los senderos que conducen a la paz en Venezuela y entre todos los pueblos hermanos de nuestra querida América Latina.
Caracas,5 de marzo de 2008
Mons. Ubado Santana S.
Presidente
Mons. Robeto Lückert L.
1er Vicepresidente
Card. Jorge Urosa S.
1er Vicepresidente
Card. Jorge Urosa S.
2º Vicepresidente
Mons. Ramón Viloria P.,
Secretario General
Secretario General
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