“LA VIDA HA RASGADO LAS TINIEBLAS DE LA MUERTE PARA SIEMPRE.”
Mis queridos hermanos y hermanas:
En la Semana Santa celebramos los más santos misterios de nuestra fe: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo. Más que recordar unos hechos, vamos a hacer con Jesús un camino, de humillación y de muerte, de vida y resurrección.
Si durante la Cuaresma y en los días santos sufrimos con Cristo y con Él luchamos, el Domingo de Resurrección sentiremos la alegría del triunfo. Se realizará en nosotros lo que dice el Salmo 126: “Los que con lágrimas siembran la semilla, con gozo cosecharán”.
Celebramos como pueblo peregrino la gran fiesta de la vida: La Pascua, que es el paso de un estado de muerte a la vida en Cristo vencedor y glorioso. En este tiempo avivaremos el entusiasmo para seguir avanzando en la construcción del Reino de Dios. Nos alegramos porque Cristo resucitó, recibiendo el premio de sus esfuerzos. Tendremos gozo muy grande porque ni sus enemigos, los hombres malvados, ni la muerte, pudieron vencerlo. Nos entusiasmará el hecho de que quien ama hasta haber dado la vida para rescatar del pecado y de la muerte, ahora está sentado a la derecha del Padre, como amo y señor de todo el universo. El es Dios Todopoderoso, capaz de liberarnos de todo mal si colaboramos con El. Por eso lo alabamos, lo glorificamos, le agradecemos y le ofrecemos estar a su lado en la lucha, para estarlo en la victoria. Pediremos su ayuda porque sabemos que sin El nada podemos, sin El no hay verdadera salvación. Nos acercaremos más y más a El que es el camino para la vida verdaderamente feliz.
Los enemigos de Jesús pensaron que habían sepultado a Jesús de Nazaret. Que la roca que habían colocado a la entrada de su tumba era inmovible. Pero sólo era el comienzo. Nadie puede detener a Dios. Como tampoco se puede detener el amanecer de un día. No se puede cerrar en una tumba al dueño de la vida.
La vida ha rasgado las tinieblas de la muerte para siempre. “ustedes no teman, pues el crucificado, ha resucitado como lo había dicho” no es solo día que ha comenzado, es el amanecer de un nuevo mundo. Nosotros los discípulos del Señor estamos llamados a no tener miedo, Cristo ha resucitado vive entre nosotros.
Y por ello todos los domingos del tiempo pascual tenemos el ejemplo de la primera comunidad cristiana:
Los cristianos se dejaban llenar del Espíritu Santo para quedar unidos, para encontrar lo que convendría hacer y, para realizarlo, se organiza y distribuían tareas entre ellos para el bien de la comunidad. (Hechos 6,1-7).
Habían entrado a una nueva vida y no se apegaban demasiado a lo pasajero. Con su mirada puesta en Cristo Pastor, formaban una comunidad santa, consagrada a glorificar al Señor, viviendo el amor sincero y buscando bienes que no se acaban. (Hech 2,42s).
Unidos por un amor verdadero, no paraban en palabras, sino que se ayudaban de verdad, sacrificándose para bien de todos. (Hech 4,32-37).
No se contentaban con salvarse solos, sino que iban a distintos lugares predicando con la palabra y el ejemplo para salvar a muchos. No distinguían razas ni naciones. A todos llamaban y todos se veían como hermanos. (Hech 13,26ss).
Ellos como testigos de la resurrección del Señor la pregonan por todas partes sin temor a burlas, desprecios, cárceles, al que dirán y a los malos tratos. (Hech. 2,14ss).
Mis queridos hermanos y hermanas:
En la Semana Santa celebramos los más santos misterios de nuestra fe: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo. Más que recordar unos hechos, vamos a hacer con Jesús un camino, de humillación y de muerte, de vida y resurrección.
Si durante la Cuaresma y en los días santos sufrimos con Cristo y con Él luchamos, el Domingo de Resurrección sentiremos la alegría del triunfo. Se realizará en nosotros lo que dice el Salmo 126: “Los que con lágrimas siembran la semilla, con gozo cosecharán”.
Celebramos como pueblo peregrino la gran fiesta de la vida: La Pascua, que es el paso de un estado de muerte a la vida en Cristo vencedor y glorioso. En este tiempo avivaremos el entusiasmo para seguir avanzando en la construcción del Reino de Dios. Nos alegramos porque Cristo resucitó, recibiendo el premio de sus esfuerzos. Tendremos gozo muy grande porque ni sus enemigos, los hombres malvados, ni la muerte, pudieron vencerlo. Nos entusiasmará el hecho de que quien ama hasta haber dado la vida para rescatar del pecado y de la muerte, ahora está sentado a la derecha del Padre, como amo y señor de todo el universo. El es Dios Todopoderoso, capaz de liberarnos de todo mal si colaboramos con El. Por eso lo alabamos, lo glorificamos, le agradecemos y le ofrecemos estar a su lado en la lucha, para estarlo en la victoria. Pediremos su ayuda porque sabemos que sin El nada podemos, sin El no hay verdadera salvación. Nos acercaremos más y más a El que es el camino para la vida verdaderamente feliz.
Los enemigos de Jesús pensaron que habían sepultado a Jesús de Nazaret. Que la roca que habían colocado a la entrada de su tumba era inmovible. Pero sólo era el comienzo. Nadie puede detener a Dios. Como tampoco se puede detener el amanecer de un día. No se puede cerrar en una tumba al dueño de la vida.
La vida ha rasgado las tinieblas de la muerte para siempre. “ustedes no teman, pues el crucificado, ha resucitado como lo había dicho” no es solo día que ha comenzado, es el amanecer de un nuevo mundo. Nosotros los discípulos del Señor estamos llamados a no tener miedo, Cristo ha resucitado vive entre nosotros.
Y por ello todos los domingos del tiempo pascual tenemos el ejemplo de la primera comunidad cristiana:
Los cristianos se dejaban llenar del Espíritu Santo para quedar unidos, para encontrar lo que convendría hacer y, para realizarlo, se organiza y distribuían tareas entre ellos para el bien de la comunidad. (Hechos 6,1-7).
Habían entrado a una nueva vida y no se apegaban demasiado a lo pasajero. Con su mirada puesta en Cristo Pastor, formaban una comunidad santa, consagrada a glorificar al Señor, viviendo el amor sincero y buscando bienes que no se acaban. (Hech 2,42s).
Unidos por un amor verdadero, no paraban en palabras, sino que se ayudaban de verdad, sacrificándose para bien de todos. (Hech 4,32-37).
No se contentaban con salvarse solos, sino que iban a distintos lugares predicando con la palabra y el ejemplo para salvar a muchos. No distinguían razas ni naciones. A todos llamaban y todos se veían como hermanos. (Hech 13,26ss).
Ellos como testigos de la resurrección del Señor la pregonan por todas partes sin temor a burlas, desprecios, cárceles, al que dirán y a los malos tratos. (Hech. 2,14ss).
En esta Semana Santa les invitamos a compartir en familia, con los vecinos y amigos, a descansar del trabajo y a estar juntos en el compartir los alimentos, el paseo y sobre todo en la participar de la celebración de la vida: La Eucaristía, arrepintiéndose todos juntos de sus fallas familiares y proponiéndose luchar unidos para corregirlas; seguir el ejemplo de los discípulos del Señor, siendo solidarios con los más necesitados y dando testimonio del Resucitado.
Les recordamos algunas fechas a tener en cuenta:
Bendición de ramos y Eucaristía, lugar: Canchita de la Esperanza. Hora: 8:00 a.m.
Bendición de ramos y Eucaristía. Lugar: Plaza Bolívar. Hora: 5:15 p.m.
Lunes Santo 17 - 03
Entronización de los Santos Óleos: Eucaristia. Hora5:00 p.m.
Confesiones: Parroquia Buen Pastor: de 4:00- 6:00
Parroquia: Don Bosco: 6:00 p.m.
Martes Santo 18 - 03
Visita a los enfermos 9:a.m.
Eucaristía. por los enfermos. Traerlos Hora: 5:00 p.m.
Confesiones: Parroquia Jesucristo Resucitado: 3:00-5:00
Parroquia: San Francisco de Asis: 600 p.m.
Miércoles Santo 19 - 03
Eucaristía. Hora: 5:00 p.m.
Procesión del Nazareno:
Jueves Santo 20 - 03
Eucaristía. Cena del Señor: Hora: 4:00 p.m.
Vigilia de acompañamiento a Jesús
Eucaristía. Hora: 7:00 p.m.- 12:00 a.m.
Viernes Santo 21 - 03
Adoración al Santísimo Sacramento: 7:00 – 11:00 a.m.
Vía crucis en vivo: 11:30 a.m.
Procesión del sepulcro y encuentro de parroquias en el colegio Fátima y luego
Celebración de la pasión del Señor. Hora: 3:00 p.m.
Sábado 07-04
Solemne Vigília Pascual. Hora: 8:00 p.m. traer velas
Domingo 08-04
Eucaristía.. Hora: 9:00 a.m. Bendición del agua, traerla en una botella.
Eucaristía: 5:00 p.m.
Todos los días antes de la misa hay confesiones
Les agradecemos su colaboración y contribución para un mejor servicio pastoral, y les deseamos unas:
FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN.
Pbro. HUMBERTO MERCHAN MORENO
Párroco
JOSE MALAVE CARLOS GUZMAN
Diácono
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